EUROPA
PRESS
7 marzo
2017
En primavera y verano son suficientes 20 minutos y en invierno se
necesitan casi dos horas para mantener los niveles de vitamina D
¿Cuánto
sol es bueno para la salud? Esta es la pregunta que se han hecho investigadores
de la Universitat Politècnica
de València (UPV), que han estimado el tiempo
necesario de exposición a la radiación solar para obtener las dosis
recomendadas de vitamina D.
De
acuerdo a sus conclusiones, en primavera y verano son suficientes de 10 a 20
minutos al sol, mientras que en los meses de invierno se necesitarían casi dos
horas, por lo que resulta difícil alcanzar valores óptimos para la gran mayoría
de la población, informa en un comunicado la Agencia SINC.
Cada
año, los estudios sobre los beneficios de tomar el sol en dosis moderadas se
intercalan con los que confirman los riesgos que conlleva hacerlo de forma
excesiva. Así, aunque que la radiación solar ultravioleta (UV) interviene en el
desarrollo de eritema solar, cáncer y envejecimiento de la piel, también reduce
la presión arterial, sintetiza la vitamina D y mejora el tratamiento de
diversas patologías.
Ahora,
el Grupo de Investigación en Radiación Solar de la UPV ha analizado el tiempo
necesario de exposición para obtener las dosis recomendadas de vitamina D sin
que eso dañe nuestra salud. Los resultados se han publicado en la revista 'Science of the
Total Environment'.
"En
España, a pesar de ser un país con muchas horas de sol, diferentes artículos
han reportado un alto porcentaje de deficiencia de vitamina D entre varios
estratos de la población española", explica Antonia Serrano, científica de
la UPV y autora principal del trabajo.
La
insuficiencia de vitamina D se asocia con un mayor riesgo de sufrir diversas enfermedades
en la edad adulta. Dado que muy pocos alimentos contienen esta vitamina, su
síntesis en la piel a partir de la exposición solar es la principal fuente
natural que existe.
Serrano
y sus compañeros estimaron el tiempo necesario para obtener las dosis
recomendadas --lo que equivale a una ingesta diaria de 1000 UI (unidades
internacionales) de vitamina D-- en una zona como la ciudad de Valencia, que
recibe una gran dosis de radiación UV durante todo el año.
Quemaduras en 30 minutos
El
trabajo analizó la irradiancia solar ultravioleta (UVER) alrededor del mediodía
(entre las 12.30 a 13.30 horas) durante cuatro meses del año (uno de cada
estación) desde 2003 a 2010. Con estas cifras se calculó el tiempo para
producir eritema -enrojecimiento de la piel causado por quemaduras-.
Los
datos subrayan que, en julio, un individuo con tipo de piel III (la usual en la
población española) no debe estar más de 29 minutos bajo el sol si quiere
evitarlo. Sin embargo, en enero, el mismo individuo puede permanecer en el sol
durante 150 minutos.
De la
misma forma, se obtuvo el tiempo mínimo de exposición para obtener la dosis
diaria recomendada de vitamina D. "El problema puede aparecer en invierno
debido a los bajos niveles de radiación UV y al hecho de que la gente cubre la
mayor parte del cuerpo", añade la experta.
En este
sentido se comprobó que, alrededor del mediodía en enero, con un 10% de
exposición corporal, se necesitan alrededor de 130 minutos para obtener la
dosis diaria recomendada de vitamina D.
Como este
tiempo es menor que el que produciría eritema, no hay riesgo de quemaduras
solares. En cambio, en abril y julio, con un 25% de exposición corporal serían
suficientes unos 10 minutos para adquirir la vitamina. Y en octubre, por
ejemplo, se necesitarían unos 30 minutos.
"Estos
cálculos se realizaron para el tipo de piel III, pero si fuera más clara o más
oscura las cifras cambiarían", apunta Serrano. "También hay que tener
en cuenta que hemos considerado un porcentaje de cuerpo expuesto habitual para
la temporada. Si este fuera mayor, entonces el tiempo de exposición se
reduciría".
Igualmente,
el tiempo obtenido para producir eritema se ha calculado para días medios.
"Debe tomarse con precaución. Para los días extremos, los tiempos de
exposición permisibles serían mucho más cortos", subraya.
Mantener
Los
resultados muestran que, aunque hay suficiente radiación en países como España,
es difícil alcanzar las dosis recomendadas de vitamina D en invierno (de
noviembre a febrero) en una latitud media norte, ya que el tiempo necesario de
exposición resulta excesivo (130 minutos).
En
estos meses, con un 10% de exposición corporal, durante el mediodía solar se
necesitarían dos horas de exposición al sol para obtener una dosis óptima de
vitamina D -pero a las 10.00 h se requeriría aproximadamente 9,7 horas y a las
16.00 unas 5,7 horas.
Por el
contrario, en las horas centrales de los días de primavera y verano, con un 25%
de exposición corporal, unos 10 minutos de exposición solar alrededor de las 13
horas y unos 20 minutos desde las 15:00 hasta las 17:00 h serían suficientes
para satisfacer las necesidades diarias de vitamina D.
"Además,
la radiación recibida depende de la postura, la forma del cuerpo y la ropa.
También debe tenerse en cuenta que todas las áreas de la piel del cuerpo no
sintetizan vitamina D con la misma eficiencia", revela Serrano.
La edad
de los individuos también desempeña un papel importante en la síntesis de
vitamina D a partir de la radiación UV, ya que con los años hay una disminución
de la capacidad de producir vitamina D, teniendo los adultos de mediana edad un
66% del potencial en comparación con los niños.
"Estos
resultados pueden ayudar a la adopción de medidas apropiadas para compensar la
posible deficiencia, como informar al colectivo médico sobre la conveniencia de
aumentar la ingesta de vitamina D a través de la dieta o suplementos",
concluye la investigadora de la Universitat Politècnica de València.